lunes, 27 de enero de 2020

Alquiler de bicicletas

Mi objetivo del día era ir a alquilar una bicicleta. Me han hablado de una página web que usa la mayoría de gente que vive aquí llamada Swapfiets en la que te dan una bicicleta si pagas 20 euros al mes -puedes pagar 16 si la alquilas sin frenos en el manillar, pero mi vida vale más de cuatro euros. Esta página se hace cargo si te la roban o se estropea, y de tan otra gratuitamente. Eso siempre que le hayas puesto los dos candados que te dan, ya que al parecer las bicicletas tienen unos microchips que las geolocaliza y avisan si los candados están cerrados. Por eso la mayoría de gente usa esta aplicación, no hay nadie al que no le hayan robado una bicicleta, así que al final todos optaron por este modelo. 
Así que me acerqué hasta una de sus tiendas, a pesar de que te las manden a casa, ya que prefería ver los modelos en vivo y que me recomendasen una bici para mi tamaño. 
Estaba bastante nerviosa por montar en bici, ya que hace años que no cojo una y menos para montar en una ciudad como Ámsterdam, en la que tienes que estar pendiente de los peatones, otras bicicletas, tranvías y coches. Y además yo con el handicap de ser novata aquí y tener que usar el GPS constantemente 
Así que mientras rellenaba nerviosamente mis datos, se me acercó uno de los empleados: ¿Tienes una cuenta bancaria holandesa, no?
NOOOOOOO, otra vez nooooo
Para abrir una cuenta bancaria holandesa necesito mi ansiado BSN nummer, pero aún no me han dado el contrato -aunque sí que se han acordado de que les pague el alquiler de febrero. Así que nada, me toca seguir usando tranvía para ir a la academia pagando mis 6 euros, ya que aún no he recuperado mi tarjeta de transporte. De verdad, no veo el día en el que por fin consiga ese maldito número. Toda la gente a la que se le cuento se ríe de mí, y añaden que se acuerdan cuando ellos acababan de llegar a la ciudad y también estaban envueltos en toda esta burocracia. En fin... Paciencia.

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