Ahora viene un hombre a decirme lo que yo tengo que opinar a raíz de mi profesión, lo que me faltaba por oír. Pero esta tarde varios compañeros de clase fuimos a tomar algo, ya que la academia iba a organizar una Jam Session, y me di cuenta que el chico en cuestión era un paranoico del tema. No quería salir en ninguna foto que fuéramos a mandar por whatsapp o por redes sociales. Aludía que igual en un futuro a la hora de buscar un trabajo igual no le contrataban a raíz de ello, yo le contesté que yo no quería trabajar en una empresa en la que no puedo ir a tomar unas cervezas con mis amigos.
Pero bueno, volviendo a planes de Ámsterdam, después de tomar algo y que me cobrasen 5 euros por una cerveza bastante mala -como todas las que he probado desde que he llegado- volvimos a la academia a disfrutar de mi primera Jam Session, al principio pensé que era un festival del jamón pero resulta que es algo de música -chistaco. Y me vi a mí misma en la película de La la land, blancos viendo como blancos tocan Jazz. Y no me malinterpretéis, los chicos tocaban muy bien, pero me falta un poco de verdad detrás de la nota. Además, no sé si es lo normal, pero el saxofonista era un artista invitado, y cuando no era su turno de tocar se sentaba a ver a los demás actuar, lo que me pareció bastante ofensivo. Me parecía que el chico se creía Encías Sangrantes Murphy -mi única referencia en el mundo del saxofón- cuando solo era un chaval que sabe tocar un instrumento.
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