viernes, 24 de enero de 2020

Encías Sangrantes Murphy

Ayer tuvimos un fuerte debate en clase  de inglés sobre el uso de las redes sociales, si estas eran positivas o negativas. La mayoría de las clase se mostraba precavida ante el tema alegando que no son tan buenas ni tan malas, que depende del uso que les des, que hay de todo. Yo fui la única defensora de ellas, y mira que no les doy mucho uso, pero las redes sociales me parecen el reflejo perfecto de nuestra sociedad. Puedes encontrar las mayores maravillas como las peores, gente que te motiva, con la que aprendes, a otras que solo buscan el odio. Pero un compañero, informático, me sacó de mis casillas al afirmar que yo, siendo periodista, tendría que estar en las contras de las mismas.
Ahora viene un hombre a decirme lo que yo tengo que opinar a raíz de mi profesión, lo que me faltaba por oír. Pero esta tarde varios compañeros de clase fuimos a tomar algo, ya que la academia iba a organizar una Jam Session, y me di cuenta que el chico en cuestión era un paranoico del tema. No quería salir en ninguna foto que fuéramos a mandar por whatsapp o por redes sociales. Aludía que igual en un futuro a la hora de buscar un trabajo igual no le contrataban a raíz de ello, yo le contesté que yo no quería trabajar en una empresa en la que no puedo ir a tomar unas cervezas con mis amigos.
Pero bueno, volviendo a planes de Ámsterdam, después de tomar algo y que me cobrasen 5 euros por una cerveza bastante mala -como todas las que he probado desde que he llegado- volvimos a la academia a disfrutar de mi primera Jam Session, al principio pensé que era un festival del jamón pero resulta que es algo de música -chistaco. Y me vi a mí misma en la película de La la land, blancos viendo como blancos tocan Jazz. Y no me malinterpretéis, los chicos tocaban muy bien, pero me falta un poco de verdad detrás de la nota. Además, no sé si es lo normal, pero el saxofonista era un artista invitado, y cuando no era su turno de tocar se sentaba a ver a los demás actuar, lo que me pareció bastante ofensivo. Me parecía que el chico se creía Encías Sangrantes Murphy -mi única referencia en el mundo del saxofón- cuando solo era un chaval que sabe tocar un instrumento.



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