Hoy mientras iba de camino a la academia me fijé en que los holandeses -creo que es algo normal en esta zona de Europa- tienen grandes ventanas que dan a la calle por las que se puede ver su interior. Lógicamente no me quedo mirando parada fuera a lo voyeur, pero sí que aminoro el paso para poder observar dentro -aunque tampoco me hace falta aminorarlo mucho ya que camino muy despacio, en una carrera perdería contra el peatón de Google Maps- y me encuentro estampas de lo más bonitas. Familias comiendo sentados a la mesa, personas leyendo un libro en frente de una chimenea... Solo les falta el icono de IKEA para que sea de anuncio. Me siento como Nelson de los Simpson cuando observaba las casas de los demás vecinos de Springfield mientras ponían árboles de navidad y comían galletas. Soy una pequeña intrusa que durante unos segundos se cuela en su casa, se sienta en la mesa, pero en cuanto vamos a brindar me cuelo en otra casa, y me siento en el sofá a leer el periódico, y así sucesivamente.
Mañana me espera un día largo ya que por fin voy a conseguir el BSN para poder trabajar aquí y voy a conocer a la familia a la que voy a dar clases.
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